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La vida literaria contemporánea tampoco ha estado exenta de estas animadversiones de fondo. Recientemente, se ha publicado un volumen, con numerosos inéditos, de Juan Ramón Jiménez (Y para recordar por qué he venido, Pre-Textos, Valencia), donde vuelven a emerger las fobias del enorme poeta contra algunos de sus contemporáneos, en especial Jorge Guillén y Pedro Salinas.
Bajo la frase que abre los fragmentos segundo y tercero de Espacio, Francisco Javier Blasco ha recogido un importante conjunto de prosas junramonianas de reflexión crítica sobre la literatura. Muchos de los textos que ahora se editan son rigurosamente inéditos; otros no habían sido recopilados nunca y eran de imposible acceso al lector no especializado. El resultado son doscientas páginas de rica, acerada prosa, en las que Juan Ramón Jiménez despliega su perspicacia como crítico -de sí mismo y de las obras ajenas- y, a la vez, da rienda suelta a sus fantasmas y compulsiones personales.
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